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Corro, luego... prono o supino?


Durante todo el año corremos por calles y caminos, pero con la llegada del buen tiempo parece que tenemos aun más ganas de salir y con nuestras carreras pueden surgir dudas y molestias.

Por lo general, cuando tengo alguna contractura muscular o molestia en pies o rodillas (los problemas más habituales en corredores), comienzan a surgir las dudas... ¿tendré algún problema en la pisada?, ¿hago algo mal? y la gran pregunta… ¿prono o supino?. Ante estas cuestiones lo más recomendable sería realizar un análisis biomecánico de la marcha y carrera con el que busquemos respuestas y analicemos la técnica de carrera. Para que un estudio de este tipo sirva de algo, debe realizarse en condiciones lo más naturales posibles, es decir, cuando ando o corro, es evidente que no estoy estático, por lo que un estudio biomecánico de la marcha debe de forma dinámica, aunque está claro que una valoración estática también nos dará información sobre algunos aspectos de nuestra pisada. Si observamos la huella plantar de una persona en estático, andando y corriendo, podremos ver diferencias en cuanto a la superficie de contacto, principalmente debido a la movilidad que se genera en el arco plantar (Ilustración 1), por lo que es fácil comprender la importancia del estudio dinámico. Por otra parte, analizando con más detalle las presiones obtenidas mediante plataformas baropodométricas y midiendo mediante fotogrametría de alta velocidad, podremos valorar qué dinámica presenta nuestro apoyo, así como las consecuencias que estas variaciones en las cargas tienen sobre el resto de articulaciones, generándose las famosas pronaciones/supinaciones, así como tendencias a varo/valgo en rodillas, etc.

Ilustración 1. Huella plantar de una misma persona en estático, andando y corriendo.

Tras realizar un estudio estático, dinámico andando y corriendo y emplear numerosas tecnologías de medición podré responder con rotundidad a la pregunta de si soy pronador o supinador... pues no. Lo siento, pero esta respuesta no es tan sencilla. Si observas el desgaste de tus zapatillas, no sería raro que vieras que has desgastado más el talón por la zona externa, luego eres supinador, no?. De nuevo, no. Podría ser, pero lo único que certifica ese desgaste es que tienes un contacto inicial supinado, hecho que resulta muy habitual. Este contacto inicial es el momento más abrasivo para la suela, por lo que se produce dicho desgaste, aunque durante las siguientes fases de la carrera, puedes presentar un apoyo neutro, pronar o continuar supinando. En realidad, no sería nada raro que tuvieras un contacto inicial supinado, seguido de una pronación y una posterior vuelta a la neutralidad. A tenor de esto, comprobamos que casi todo el mundo tiene tendencias en una y otra dirección, ahora solo falta determinar en qué grado se producen unos movimientos y otros, así como su parte de responsabilidad en los problemas que ya puedan existir o si podría generar alguna molestia en el futuro.

En función de los resultados que se obtengan de un estudio biomecánico completo de la marcha, se valorará si es recomendable emplear un tipo de calzado u otro, unas plantillas que aporten algún tipo de corrección, realizar ejercicios de fortalecimiento que me ayuden a compensar problemas que puedan existir o realizar una modificación en la técnica de carrera. Es habitual que la solución provenga de la combinación de varias de estas opciones, pero esto habrá que determinarlo en cada caso de forma particular.


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