La biomecánica es un área de conocimiento interdisciplinaria que estudia los fenómenos cinemáticos y mecánicos que presentan los seres vivos considerados como sistemas complejos formados por tejidos, sólidos y cuerpos mecánicos. Así la biomecánica se interesa por el movimiento, equilibrio, la física, la resistencia, los mecanismos lesionales que pueden producirse en el cuerpo humano como consecuencia de diversas acciones físicas.
Visto esto, comprendemos que no es algo sencillo, o que pueda fundamentarse en simples “recetas” estandarizadas. En lo referente a la biomecánica del ciclismo en particular existen diferentes métodos de evaluación:
Unos se fundamentan en variables antropométricas, es decir, en la toma de medidas corporales. Estos métodos tienen un sentido muy limitado, ya que no contemplan multitud de factores que son claves en la práctica deportiva, como la condición física del ciclista, flexibilidad, lesiones, etc. Estos métodos, realmente no pueden considerarse un estudio biomecánico, ya que no miden la ejecución deportiva y solo deberían emplearse como un punto de partida inicial para realizar un verdadero estudio biomecánico.
Otros métodos se fundamentan en variables cinemáticas, es decir, en la medición de ángulos. En este caso, ya sí estamos haciendo un estudio biomecánico, valorando realmente la posición y ejecución técnica del ciclista. El problema es que aquí tampoco existen recetas y se requiere de una formación multidisciplinar que permita interpretar correctamente y de forma integral la información obtenida. Además, para que realmente sea efectivo, se requiere de una tecnología específica que permita grabar a alta velocidad, con la nitidez requerida para detectar los marcadores anatómicos necesarios.
Por último, el mejor método es el que combina la valoración cinemática (ángulos), con la valoración cinética (fuerzas). Esto tiene la ventaja del aumento de precisión en la interpretación, ya que podemos sincronizar la ejecución técnica con la manifestación de fuerza que realmente se genera, diferenciando entre piernas, para valorar si una determinada posición favorece, o no, un desequilibrio de fuerzas entre una pierna y otra. Además, con este método, podemos valorar qué longitud de bielas es realmente la más eficiente, en función de la calidad muscular de cada persona. Complementando esta valoración con determinadas pruebas en estático, conseguimos un esquema global y real del perfil deportivo del ciclista, pudiendo así adaptar la posición sobre la bicicleta y plantear posibles intervenciones que mejoren, aún más, el rendimiento y el confort sobre la bicicleta.
Este tipo de estudios biomecánicos, los dos últimos, serán auténticas valoraciones biomecánicas siempre que se realicen por parte de personal cualificado, con la formación necesaria y la capacidad para interpretar la información obtenida.
Cuando hacemos una inversión en un equipamiento como una bicicleta, sea mayor o menor, debemos buscar la manera de sacarle el máximo provecho y el principal sentido que tienen estas pruebas es el de mejorar el rendimiento, ir más cómodo y prevenir lesiones, además de suponer un ahorro para el deportista. Un ahorro en molestias y lesiones sobre la bicicleta, un ahorro reflejado en eficiencia y rendimiento, y también un ahorro económico, ya que sabremos qué talla debemos emplear, qué bielas son las más adecuadas, qué potencia me conviene más, etc.